Reseña [2083]

jueves, 1 de mayo de 2014

Título: 2083
Autor: Vicente Muñoz Puelles [WEB]
Páginas: 123
Fecha de publicación: 2008
Género: juvenil
Editorial: Edebé
Precio: 9.20 €
ISBN: 9788423688555


Estamos en el año 2083. A pesar del cambio climático, la erosión de la cubierta vegetal, la sequía y el avance imparable de los desiertos, la vida en el Hemisferio Norte no ha cambiado demasiado. David, huérfano de madre, cumple con sus estudios en la teleclase y su padre trabaja en una agencia de viajes que garantiza visitar el interior de los libros, ya que éstos han desaparecido como objetos de papel, pero se conservan en la web. Los viajes virtuales a esas historias literarias del pasado nunca habían interesado al joven, hasta que aquel verano...

Este es uno de esos libros que encuentras en la biblioteca de los que no has oído nombrar por algún motivo y otro. Caminas por las estanterías y tus manos de repente se topan con un libro que no resulta atrayente por la portada. Lees la sinopsis y te llama la atención. Lo coges y lo lees. Y descubres que es un libro entretenido, no una joya como las que te encuentras en ocasiones, pero sí que merece mención. Esto es lo que me ha ocurrido con este ejemplar.

Nos presenta una idea semejante a la de Fahrenheit 451 sólo que los libros no fueron directamente prohibidos, no. Sin duda los prohibieron cuando estaban ya casi extintos, olvidados y relegados y este hecho se debe a la tecnología, hizo que la gente se olvidará de lo fantástico que es leer. Muy pocos recuerdan en la novela lo que es tener un libro entre las manos y ha sido la sociedad y no el gobierno la que se ha desecho de cualquier ejemplar 'inútil' según ellos que pudieran encontrar en sus casas. Por otro lado no se nos presenta el mundo en el que viven, no cómo tal sino que se da por sabido y en alguna ocasión lo ves reflejado en las diferencias con nuestra época, y habla de él como si ya supiéramos todo lo que ha pasado en el mundo por el hecho de ser un futuro muy cercano a lo posible. Por suerte son cosas simples y que pillas al momento cómo es ejemplo el caso de la teleclase o los viajes al interior de algunos pocos de libros, de esto último no mencionaré nada en concreto porque es algo que hay que leer y para mí el inicio en el libro de estos es bueno pero el rumbo que toma ya no me gustó tanto cómo al comenzarlos.

Pero lo importante no eran los libros en sí, sino lo que transmitían. Cuando abrías algunos, te parecía estar oyendo la voz de sus autores, muertos quizá miles de años antes. A veces resultaba tan emocionante que tenías que dejar de leer y levantar la cabeza, para pensar en lo que habías leído o descansar un poco. [...] Al leerlos, te convertías en otro, sentías de otro modo y se te ocurrían ideas y preguntas que nunca se te habían ocurrido antes. Era como si pudieras estar en varios lugares al mismo tiempo y vivir varias vidas. (Pa)

Tenemos un protagonista y algunos secundarios, pero no hay villanos, no hay personajes antagonistas, no como tales. El único obstáculo del protagonista es el hecho de que leer es complicado en este nuevo mundo y de que la sociedad no lo pone fácil para conseguir libros. Muchos libros se perdieron para siempre, otros se conservan en urnas de cristal al vacío sin poder leerse porque se desintegrarían y unos pocos sobreviven en una web de libros llamada Cosmonet. Parece un buen planteamiento pero la acción es tan rápido, los capítulos tan ágiles que la idea se entreve de golpe y podría haber dado mucho más de sí. Además aparecen ciertas cosas hacia el final que se cuentan rápido y de las que me hubiera gustado saber más. 

Si algo he aprendido de los libros, es que cada uno a de encontrar los suyos. (Pa)

El protagonista, David, a pesar de que su evolución y cambio es demasiado rápido, empieza a ver en los libros un paraíso, una forma de salir de su monótona vida y descubrir en ellos un mundo, esto era algo que nunca  habría hecho, ni siquiera pensado, de seguir siendo como el resto de la sociedad. Nos enseña que antes de juzgar algo debemos conocerlo y ver si nos interesa o no. Hay otros personajes secundarios como Pa (es su padre pero lo llama así, algo que al principio desconcierta), que en cierta manera es el que nos hace reflexionar sobre lo que son los libros mientras que el protagonista se limita a hacerse preguntas sobre el porque de ser olvidados, y el Capitán Ahab del que nunca sabremos si ese es su verdadero nombre. No los llegamos a conocer del todo por que la historia se precipita al final y cuando nos damos cuenta hemos llegado al último punto.

Soy hombre de dos obsesiones. Una de ellas es llegar a leer todos los libros del mundo, antes de morir. Sé bien que no lo conseguiré, pero no me importa. La otra obsesión es la búsqueda y captura de libros raros. [...] Siempre he pensado que, cuando uno pide un libro, es porque lo necesita, y ese deseo ha de ser satisfecho. (Capitán Ahab)

Se nombran a lo largo del libro varias novelas tanto clásicas cómo muy antiguas, mucho más y que todos conocemos. La Biblia, David Copperfield y El Quijote. Para el protagonista encontrarlas será todo un reto, tanto estas como algunas otras más. Hay una que será la más importante de todas, Primer amor de Turgueniev y que aunque me ha gustado la idea que genera me ha resultado, como ya he dicho, muy precipitada dentro del libro y ha sido una de las razones más importantes para el rumbo sin sentido, a mi modo de ver, que toma el libro.

No comento más detalles porque es tan corto que fácilmente podría desvelaros el poco misterio que tiene. 2083 es un libro flojo y que peca de rápido pero que merece la pena leer y te hace reflexionar sobre lo que podría pasar si se sigue dando tanta importancia a la tecnología y no a los libros físicos. Yo creo que si el autor hubiera querido podría haber aportado algo más que una reflexión al libro ya que el final no ha sido precisamente santo de mi devoción porque se precipita demasiado, se sale un poco del rumbo principal del libro y deja cosas en el aire. No me arrepiento de haberlo leído a pesar de ello, aunque no creo que lo relea en ningún momento. 

Me quedé pensando en que el ser humano es una especie desconcertante, capaz de todo lo malo y también de todo lo bueno. Por un lado, asolamos el planeta, causamos la extinción de las demás especies, provocamos guerras y hambrunas y acabamos casi con la totalidad de los libros de papel. Por el otro, somos capaces de remover cielo y tierra para encontrar un solo libro, y hacer una copia. (David)